Planificación del entorno interior

El entorno interior es crucial para el bienestar y la comodidad de los ocupantes de un espacio, y el diseñador de interiores busca tanto aprovechar sus ventajas como minimizar sus desafíos. Para crear espacios habitables y acogedores, es necesario controlar los efectos del calor, el frío, la luz, el aire, la humedad y la sequedad, así como anticipar posibles problemas como incendios, terremotos, inundaciones y enfermedades.

Los métodos para controlar el entorno interior que se consideran aquí son aspectos prácticos de la planificación del diseño de interiores. El diseñador aborda estos aspectos dentro del contexto de expresar la estética deseada. La disposición y forma de los muebles y elementos dentro de un espacio, así como otros dispositivos de planificación discutidos a continuación, son elementos fundamentales en la estética y funcionalidad del diseño de interiores.

Orientación

La disposición de los muebles y elementos dentro de un espacio es un recurso para controlar los efectos de la luz natural, la circulación del aire y la distribución del espacio. La luz natural sigue un patrón regular; favorece ciertas áreas y puede ser aprovechada para crear ambientes cálidos o evitada para mantener la frescura al orientar la disposición del mobiliario y los elementos. Además, la circulación del aire puede ser controlada mediante la ubicación estratégica de los muebles para maximizar la ventilación y minimizar las corrientes de aire no deseadas. Considerar la orientación también permite anticipar problemas potenciales, como la exposición excesiva al sol o la falta de luz en ciertas áreas del espacio interior.